Contad

2.02.2011


Era una cálida noche de primavera,las farolas empezaban ya su trabajo y solían encenderse timidamente entre la oscuridad,yo caminaba sin rumbo fijo,mirando de derecha a izquierda como si quisiera buscar algo que se escapaba de mi lógica,en ese preciso momento localice un banco roñoso,con la madera ya consumida y la pintura toda desvanecida.
Me senté y en ese justo momento pasaba un gato,me di cuenta de refilón por que en esos momentos estaba ensimismada en mis pensamientos.

Sabía que estaba ahí por algo,pero dudaba en el por qué,notaba frío y calor a la vez,una sensación muy rara.
-¡Que extraño!-Me dije para mi
A su vez una rafaga de viento me acaricio la cara como si alguien tratara de contestar a mi exclamación. Cambiaba de postura cada cinco minutos,no estaba cómoda en ese banco putrefacto,además la helada de la noche empezaba a caer y mis huesos me pedían a gritos que nos marcharamos para casa,pero no podía,en realidad,no quería irme.

Volvió a pasar el gato frente a mi y comprendí que debía seguirle,andamos unos 10 minutos y me encontre de morros con el cementerio de la ciudad,eran la 01:45 de la madrugada,el frío allí era atroz,me estaba consumiendo por dentro.
No tengo explicación a por que llegué a aquel banco,ni por que perseguí a ese gato a esas horas de la noche para que me guiara al cementerio,no entré,claro,pero ya sé por que estube allí ese día,por que esa brisa me susurro en la cara..

Anichan.

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